Tal cual. Resolver qué ponerte, cuánto cenar para no parecer una ogresa, cómo interpretar el roce de manos (¿ha sido sin querer?) o si flirtear o no con las llaves de la casa antes de bajarte del coche… no tiene nada que ver con la complejidad de enviar un email.

El asunto: menos de 60 caracteres en total. Con al menos un emoji, sin caracteres considerados raros que provoquen el SPAM (como *, %, (), -, +, por ejemplo). Con otra frase magistral en la previsualización de correo, que no recargue el asunto ni aporte demasiadas pistas, pero sin ser demasiado indeterminado. Esta parte es decisiva: abrir o no abrir este correo, esa es la cuestión.  

El cuerpo del mensaje: y aquí viene la segunda parte más difícil. La persuasión de tu cliente, al menos, para empiece a leer y, al menos, para que termine. Para que aguante. Para que capte una primera parte del mensaje. Para que recuerde tu marca, la perciba como una solución, le entretenga o le llame la atención.

El CTA: la llamada a la acción, el call to action. La acción que queremos que el cliente lleve a cabo para acercarlo más a la conversión: redirigirlo a la web donde verá un producto que, previamente segmentado, sabemos que le gustará. Que se inscriba en unas sesiones. Acciones de cross-selling porque ya ha comprado algo y le ofrecemos otro algo. Que interactúe en la comunidad. ¿Rellenar una encuesta de satisfacción?, también. Las últimas entradas del blog. Que “continue leyendo”, que vaya a una landing… Las opciones son infinitas y la forma de cagarla también. Piénsalo bien.  

La firma: ¿cómo? ¿Que no firmas los mensajes? Por favor, apoya a tu propia marca. Aprovecha para presentarte, con una imagen, todos tus contactos, tu cargo, de qué te ocuparás, enlaces a la web y redes sociales de la marca…

Respecto a cómo persuadir, cómo escribir el cuerpo de un correo, hay varias técnicas. Por supuesto, te diría que te basaras en la estrategia del story telling (en otro post hablamos de eso si quieres). Al margen de esto, una idea que te puede funcionar si no tienes muchos conocimientos de marketing es que tu narrativa responda a la fase de venta AIDA:

  1. Atención. Cáptala con un titular llamativo. El titular debe estar relacionado con el asunto y la previsualización del correo.
  2. Interés. Identifica la necesidad del segmento al que te diriges y cuéntala en una historia en la que se sientan identificados.
  3. Deseo. Ofréceles una solución a través de tu producto o servicio. Cuenta las ventajas de tu producto, porqué es el mejor, las ventajas de contar con tu marca. Diles por qué van a ser felices si compran tu producto. Sedúcelos.
  4. Acción. Cuéntales qué quieren que hagan y déjalo claro: haz clic aquí… hazles llegar a la solución. A esa landig page que has preparado para terminar el proceso y cumplir objetivos.

 Por supuesto, las fases de AIDA están vinculadas al ciclo de compra y el embudo de ventas (el embudo también se llama funnel). Si todo esto lo haces con una estrategia que incluya la segmentación de audiencias… Venga, que vas a triunfar.

No me digas.
No sabes cómo se hace.
Ya….
Para eso están los profesionales de la comunicación y el marketing.
Llama a uno.

Un comentario en «Una primera cita con la persona que te gusta es mucho más sencilla que el mail que envías a tu cliente»

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