Yo manipulo, tú manipulas (y el que diga lo contrario está manipulando)
Partamos de la afirmación, para evitar debates previos, de que una información periodística está manipulada. Por varios motivos:
- Porque, al fin y al cabo, un producto periodístico es fruto de la interpretación de un sujeto (el periodista) que se ha relacionado, de alguna manera, con unos hechos. Al pasar la información por esa persona, que tiene una identidad propia y formación específica, el producto final tiene una forma u otra. Por mucho que los intérpretes se sometan a las más estrictas normas deontológicas nunca saldrán dos noticias exactamente iguales
- Por otra parte, el periodista recoge información en función de lo que afirman otros sujetos. Por el mismo motivo que el anterior, aquello que se recopila para construir la realidad que acontece en forma de producto periodístico, está también condicionado por el prisma de cada fuente
- Aceptemos el concepto de línea editorial y sus consecuencias. Incluyamos a los medios de comunicación y su influencia en el momento de elegir la cobertura de un hecho noticioso en cualquiera de sus géneros, en la elección de cómo y dónde publicar o, incluso y por desgracia, en el enfoque
- Finalmente, en la última parte de la cadena de la comunicación periodística, es preciso añadir al receptor del mensaje. El contexto de ese sujeto-receptor será la razón de una interpretación u otra de la misma información. Y consecuencia de ello, la construcción de una opinión propia y de una opinión crítica.
YA ESTÁN AQUÍ…
Con la llegada de las nuevas tecnologías a las redacciones de los medios de comunicación, el modelo del Periodismo cambió, poco a poco y por completo. Se redujeron las plantillas de profesionales de la información, que pasaron a tener el doble de carga de trabajo al tener que adaptar el producto informativo a los diferentes soportes que comenzaban a posicionarse en el mercado. Así, una misma persona, tenía que cubrir una noticia para un periódico en papel, para otro digital y para canales sociales. Multitasking, lo llaman.
En mitad de este panorama de carencia de recursos y sobreexplotación de personal, nace el llamado periodismo de mesa: un nuevo método de trabajo en el que, el periodista -profesional que siempre había basado su carrera y su reputación en aquel que siempre está en persona en el lugar de los hechos, en el cara a cara- se ve en la necesidad de no levantarse de su mesa para ahorrar tiempo. En definitiva, empieza a tirar cada vez más de teléfono (móvil), de correo electrónico y…
Y de nuevas tecnologías. Al otro lado del cable, por suerte o por desgracia, hay otra persona que también se ha dejado vencer por las comodidades que nos regalan cada día los dispositivos electrónicos y de comunicación que nos rodean. De los creadores de…
– ¿Qué me vas a preguntar? Mejor mándame las preguntas por correo electrónico…
Llega…
– ¿Quedar para unas preguntas? Mejor, hacemos videollamada.
Al final, no solo los criticados medios de comunicación controlan y manipulan la información. ¿Podemos imaginar qué y cómo responderá un entrevistado al que, previamente, “y solo por verlas”, le hemos enviado nuestras preguntas días antes? ¿Qué información recibirán los lectores que accedan a una entrevista que ha sido preguntada y respondida a través de un correo electrónico? Ni si quiera lo que decida el periodista, sino, más que nunca, solo y de forma exclusiva, lo que el entrevistado, que no es un profesional de la información, haya filtrado según su criterio.
CORRUPCIÓN EN CADENA
Las nuevas tecnologías hacen que el proceso informativo fluya, se adapte a los cambios sociales, sea más rápido y se multiplique su capacidad de alcance de forma exponencial llegando a todos. ¿Es así más eficaz? Seguramente no, pero la actualidad manda, no solo en cuanto a la información como producto social, sino también en la forma en la que ésta se transmite y cómo se compone.
El Periodismo nació para comunicar y para dar una respuesta social a la necesidad de la información. Sin comunicación ni información, en cualquiera de sus formas, no existimos. El sistema obliga a la transformación continua, pero no por ello debemos sucumbir, ninguna de las partes implicadas, a la corrupción del Periodismo ni de la comunicación.
Sugerencia: cuando mandes las preguntas, no envíes todas, solo las más evidentes. El resto, ¡sorpresa..! Y si la entrevista es por correo electrónico, si puedes, no la lleves a cabo.