Lo primero que debes tener claro para poder posicionar tu marca en el mercado es la identidad de marca: pero, ¡cuidado! No se trata sólo tener un logotipo.
Como este post trata sobre reforzar tu marca, entendemos que ya tienes listo todo el branding. Ya tienes la misión y visión, tu filosofía y valores de marca; tus objetivos, tu nicho y tu producto; ya tienes un logotipo, unos colores de marca, una tipografía y una estrategia. ¿Palabras clave? También. Ya tienes canales sociales, un web site, algunos seguidores…
Si ya lo tienes todo, para reforzar tu marca solamente necesitas una cosa: CONSTANCIA. En todo lo que hagas, en todas las acciones, decisiones, publicaciones, conversaciones… respeta constantemente las peculiaridades de tu marca. Constancia no quiere decir que hagas siempre lo mismo, quiere decir que seas fiel a tu filosofía.
Cómo reforzar la marca:
Es importante que el usuario te reconozca. Respeta la identidad que hayas determinado. Usa siempre la misma tipografía, tu logo, los colores y el resto de los elementos corporativos que tengas. Así, cuando el usuario vea una publicación, una campaña, un cartel, un vídeo donde se ofrezca tu producto… ¡sabrá que eres tú quien le aporta soluciones y no otra marca!
Utiliza siempre el mismo lenguaje. Una vez que hayas definido tu marca, habrás tenido que elegir también el tono y el estilo en que te comunicarás con tu audiencia. Respétala: usa las palabras clave que te identifican, dirígete a tu público respetando tus valores. Por ejemplo, no uses unas veces un lenguaje informal y otras en castellano antiguo. Define qué tono se identifica con tu marca y usa siempre el mismo registro.
No publiques por publicar. Sabes que tienes que crear contenido porque no paramos de decirlo y sabes que no puedes fallar porque sino el algoritmo te penalizará y dejarás de aparecer en el feed de tus seguidores. O publicas contenido útil y que aporte soluciones, te posicionas como solución y siempre estás… o no estás. No hay término medio. Pero, cuidado: el contenido de mala calidad, repetitivo o sin valor, no sólo es penalizado por el posicionamiento, sino también por los propios usuarios. Antes de publicar algo sin valor, piénsatelo. No permitas que tu comunidad te ignore.
Tampoco dejes de publicar. Una vez que hayas decidido tu estrategia de comunicación, también tienes que ser constante con ella. Si has decidido que los miércoles hablas sobre rentabilidad en el blog, ya sabes cuál es tu responsabilidad cada semana. Si usas perfiles sociales, no los dejes: su mantenimiento forma parte de tu rutina de trabajo. Y ya no sólo por el famoso algoritmo, que también, sino porque es muy difícil estar en el top of mine y muy fácil dejar de estarlo.
Interactúa con tu audiencia. Puede que no sean clientes, pero está ahí, esperando a recibir el mensaje oportuno con el se decidirán por tu marca y no por otra. No hablamos sólo de responder puntos de dolor o preguntas frecuentes (FAQ), atender incidencias o dar las gracias a las cinco entrellas. Con interactuar queremos decir que cuando te cruces con tu vecino en el rellano le saludes, le preguntes cómo está y le desees un buen día; que en la medida de lo posible atiendas a quien ha dedicado su tiempo a mostrar su interés por tu producto.
Recuerda: muy pocos productos son únicos en el mercado. Y también muy pocas marcas son originales en el mercado. ¿Cuántas marcas venden bolsos? ¿Cuántas agencias venden viajes? ¿Cuántas clínicas hay como la tuya?
Lleva tu concepto de marca hasta el final, a través de tu producto y tus comunicaciones, hacia tu audiencia.
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Foto de portada: Foto de Anna Nekrashevich en pexels.com